Arthur Rackham

Arthur Rackham

lunes, 27 de noviembre de 2017

Divagues II




Acá, un conglomerado de ideas, divagues y pensamientos idiotas que escribí para llenar mis tiempos muertos durante el 2016 y el 2017 :


“Ayer dormí pensando en la conciencia de existir y en la maldición del lenguaje”.

“En la vida tendría que haber más puntos seguido y menos puntos aparte”.

          “En un hambre por salir de la soledad y la locura, uno se encanta con lo más irrisorio y se abraza a lo más esquivo”
  

          "Es la primavera lo que me pone triste, como inconciliablemente adormecida. Cuántas veces vi nacer las flores que luego, paulatinamente, morirán asfixiadas, con sus esperanzas y sonrisas aún a flote. Es la primavera la malvada, la que me trae recuerdos de cumpleaños, de octubres y juegos y calabazas de papel; la que tiñe el aire de un tinte amarillo, la que hace brillar nuestros labios y ojos en los retratos familiares como sumergidos en alegría incondicional; la que hace que las golondrinas regresen, cual aves de rapiña, a sus antiguos lechos y moradas, deseosas de dar a luz sobre los restos de sus hijos muertos; la que baña las veredas de hojas verdes y violetas que perfuman los deshechos, la que trae aromas diversos, dulces y frescos, la que ensancha los pies, la que empapa nuestras blusas de sudor, la que hace que el amor entre parejas absurdas se vuelva sublime, irrisoriamente encantador. Malvada por emocionar, malvada por engañar. Es la primavera lo que me pone triste, felizmente triste, y tristemente feliz”.

            “Me pregunto si puede existir el amor entre un búho y un lagarto”

“Cae y se desvanece una gota sobre el desierto rojo, y el chamán suspira diciendo entre dientes “Una más”. Una víbora hinca sus colmillos hirvientes sobre un huesudo pie, y el viejo chamán suspira entre lágrimas “Por fin”, dos palabras que quedan vibrando como ecos en su barba renegrida, mientras él cae, como la gota, sobre el desierto rojo y se desvanece” 




Zoológico en un vagón
"Uh, digo. Ah, dicen, iajá iajá como cuervos, aaa la masa, eee “ellos”. Uh, no veo, uuu sólo multitud, y escucho gritos, eee. Me muevo entre ssss, serpientes, y hace calor pero ie e unos, ie e ie, otros. Y yo ¡ay! empujo, que me tengo que bajar. Ajaaa, manos, lenguas, ua exclaman desorbitadas, ua, como perros, uaaaa jauría insoportable, uuuh jaula abrite y córranse ustedes ¡ey! que esa es mi estación".



"Tenemos miedo a no ser queridos y a estar solos. Por eso nos rodeamos de todo esto, de todo esto, para no ser unas sucias bolsas que vuelan a la deriva barridas por el viento, perdidas por las calles vacías de una ciudad anónima”.

 “Son ficciones, ficciones que uno crea para contentarse, para acompañarse en la noche más oscura, ficciones para no morir”.


“Tratando de entender
qué es
el amor,
y por qué
uno ama,
y odia,
y ama
           otra vez”.  

“Hay algo extraño en hablar a la distancia, uno habla con un otro que pareciera estar ausente, no existir. Y uno se deja “encantar” por palabras emitidas por un Nn, y se deja llevar hasta el punto de querer a alguien que no conoce, o que sí, pero que sólo es un montón de mensajes sueltos en un medio como el Whatsapp. Cuando uno habla por ahí pareciera estar haciéndolo solo, hablando y pensando con uno mismo”. 




"No caer en la tentación
 y librarnos del mal.
¿Pero qué es el mal?".


Mito IV


Cubre los mares

con piedras,

cubre los cielos

con mantos de estrellas


que nunca nadie

podrá apagar

ni revelar sus misterios

sin degradarse.


Dios es soberbio.

Ignorante

de los hombres


que crean dioses

para cubrir enigmas

y huecos.



“¿Cómo volcar el insondable mundo interior en palabras de tinta, y encerrarlo en el papel? Y, en todo caso, ¿para qué? Pessoa lo hacía, pero también se desdoblaba al hacerlo y se preguntaba -como yo- para qué esos intentos vagos e insuficientes. ¿Para el que lee? ¿Para uno mismo? Quizás”.   


“Quisiera que mis lágrimas fuesen pintura y pintar con ellas grandes cuadros cuando caen y se aplastan sobre mi cuerpo y el suelo; quisiera llenar con ellas lo que me rodea de color y sentir que llorar sirve, al menos, para algo”.

“Cómo me gustaría poder averiguar si el pensamiento y el sentimiento, la razón y los sentidos, están realmente disociados o si esto no es más que otra de las vagas y limitantes conceptualizaciones en las que hemos enrollado nuestra existencia desde hace siglos”.

“Muebles y parafernalia, sillones tapados por sábanas, fantasmas del pasado; signos de que antes hubo una fiesta y ahora ya no queda nada”. 

"Ay este spleen femenino del siglo XXI, nada me gusta, nada me conforma... un libro no es suficiente, ni la ropa, ni un celular, ningún objeto me viene bien, ningún hombre me viene bien, nada, nada... Sólo spleen, hastío, un magno repudio por el presente, una magna nostalgia por el pasado. Siglo XXI se sufre acá en la cabeza y en la vista, ante esta ventana que mira hacia la calle sucia y al mundo en donde no quepo, yo Melissa, ni quiero caber".   - 2016


"A través de un cuadro volví a ver cómo era el mundo”.

"Estamos eternizados en el tiempo cíclico, que nunca frena, que siempre se va y siempre vuelve. Estamos inmovilizados en la esfera invisible que es el tiempo; no hay avance ni retroceso, sólo un estado, un tiempo fáustico eterno, y nosotros vivos anhelando lo inalcanzable, acompañando esos movimientos errantes, aburridos, ya vistos, ya dichos, ya vividos."  - 2016



“Siempre llego tarde

a todos lados,

a la vida,

a la gente.

Siempre soy un reemplazo

de glorias pasadas,

un ser que sólo contempla
la decadencia”.     
 


"Tenía el labio cortado, atravesado por nervaduras, cordones de piel supurada y retorcida como raíces. Se había caído cuando era chica, muy chica, y apenas empezaba a correr. Ya sus padres, aquella vez que la vieron en el suelo bañada por hilos de sangre, supieron que debía haber muerto, supieron que no debería haber vivido los años que vendrían después. Su boca, hoy pervertida por la sombra de las luces rojas y el alcohol, se abrió en una sonrisa ancha, extrema, idiota. Del otro lado de la calle, casi en la esquina, la esperaba él. Era todo lo que le quedaba. Lo único que tenía. <<Y es que nunca tuve nada –pensaba ella, mientras caminaba hacia él-, siempre sola, esperando lo imposible, pensando en lo irrisorio, fantaseando con humo y nubes de cartón. Esto me pasa por eso. Por estar sola. Por no saber qué quiero ni en dónde buscarlo. Por estar sola. Siempre abrazándome a lo más esquivo. Haciendo cosas inútiles. Pero también todo esto lo hago porque nunca fui nadie. Nunca fui nadie>>. Y de repente, ahí estaba el otro ansiado. Para ella, él era su amado. Para ellos, él era la muerte”.  


             “Por las noches la ciudad es un cementerio, y los edificios son las bóvedas”.


“Las mañanas certeras son fantasías del borracho y mera ilusión de los taciturnos”.

“Las hojas de tormenta pálidas y evanescentes corren sobre los tejados de la ciudad, barridas por el viento del oeste. Se van hacia el mar, huyen habiendo raptado el agua y el soplo de vida que, hasta hoy, pertenecía a Buenos Aires".



“Todo lo que podemos decir sobre un objeto (lo que vemos) no es más que una aproximación, nunca lo que realmente vemos, que, al fin y al cabo, no puede ser explicado con palabras”.    




“La cama, ya lo dice Kuitca, es ese lugar de la pasión y la muerte, el lugar donde uno tiene sexo y, a la vez, el lecho donde muere; es el lugar del sueño, de la interioridad, y del despertar ante el afuera; la cama es nuestro punto de partida del día –y de la vida- y nuestro punto final”. 

“Si yo veo, pero nadie me ve, no soy visible, ni creíble, ni imaginable. No existo”.

“La desmotivación y la apatía es lo que mata”.
 


“Línea y punto,     - .

Punto y fuga”.       . …

“Me molestan, me irritan, me pudren, las frases repetidas, las banderas, las insignias; siempre terminan siendo palabras vacías, evocadas por la gente ad infinitum”.

“Hojas caídas en el suelo,
Pulsión vital que se escapa
Con el viento,
Con la furia,
Con la tinta,
            Con el tiempo”.



“Fantaseo con las letras fantasmas del olvido, fantaseo con los sutiles respiros del humo y la noche más fría. ¿Quién me habla del más allá, a través de los eones de sombras, de tiempos, de distancias? ¿Quién me habla y quién calla, entre tantos lunáticos, entre tantos ojos que susurran mi nombre deformado y recorren mi cuerpo desnudo?. ¿Por qué mi paso trémulo entre calles abismadas siempre es mi única compañía? Soy Melissa, quizás por eso, quizás sea eso”.


"Cielo frío y tierra negra esfumada en pálido gris de un amanecer borroso y confuso, sólo esclarecido por el cantar estridente de unos pájaros mañaneros" 

 

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